11M. La novela gráfica (2ª edición)

El 11 de MArzo de 2004 Madrid sufrió varios atentados terroristas perpetrados por islamistas radicales. Lo que ocurrió aquel día y en fechas sucesivas provocó que el mundo se viniera abajo para miles de personas. Para los que se fueron definitivamente y para los heridos, pero también para familiares y amigos, para los que sobreviven con el dolor y el recuerdo.

Casi tres años de largas investigaciones por parte del poder y de la policía, dieron como resultado el esclarecimiento de los hechos y la detención de varias personas, juzgadas entre los meses de febrero y julio de 2007. La sentencia, emitida por la Audiencia Nacional el 31 de Octubre de 2007 y revisada con algunos cambios en julio de 2008 por el Tribunal Supremo, estableció el desarrollo de los hechos en un informe de 422 folios.

11-M: La Novela Gráfica toma como base, por un lado, los acontecimientos descritos en la sentencia para revisar su desarrollo en orden cronológico, de forma casi documental. Por otro, este libro introduce la figura de tres personajes ficticios – un periodista, el familiar de una víctima y un policía -, que aportan información contrastada, con el objetivo de dramatizar narrativamente lo expuesto en la sentencia. Al mismo tiempo, introducen un punto de vista más humano y directo, que intenta desentrañar y exponer las vivencias de quienes sufrieron en primera persona los resultados de este criminal atentado.
Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, escribe en el prólogo de esta novela gráfica: «Muchos se han bajado de los trenes, pero millones más siguen cada día acompañándonos, y un cómic como éste es un abrazo solidario para el recuerdo; a todos ellos mi eterna gratitud».

  • Autores: Pepe Gálvez, Antoni Guiral, Joan Mundet
  • Editorial: Cayo Largo
  • Publicado: 2024

Es indiscutible que el 11 de marzo de 2004 es una de las fechas que está grabada en la memoria de todos los que la vivimos en Madrid o en España. Aquel día vivimos el mayor atentado terrorista de nuestra historia, uno que desencadenó una serie de reacciones sociales y políticas que marcaron aquellos días, para bien y para bien, y seguramente muchas más cosas que vimos con el paso del tiempo.

Cinco años después de los atentados, Antoni Guiral, Pepe Gálvez y Joan Mundet decidieron dejar documentados aquellos hechos en 11-M. La novela gráfica, y es una espléndida noticia que ahora, dos décadas después de tan luctuosa fecha, ese trabajo cuente con una nueva edición. Es importante porque vivimos en los tiempos de las fake news y de la desmemoria generalizada e interesada, y obras como esta, realizadas con un trabajo documental exquisito, son imprescindibles para que nadie se apropie de lo que no debe o para que todavía haya gente sosteniendo teorías fabulosas que sólo buscan el desprestigio ajeno. 11-M. La novela gráfica no es eso. Inventa lo justo, pero inventa desde la verdad, desde los hechos probados, con un tono humano espectacular, pero sin olvidar que su base está en una sentencia judicial. Hacer con eso un cómic de notable ritmo y mucha mayor sensibilidad es algo que tiene mérito.

Hay tanta verdad en el guion de Guiral y Gálvez que los autores y la editorial desde el principio sienten la necesidad de confesar que los tres personajes más reconocibles y anónimos a los que seguimos en las páginas de la novela gráfica son ficticios. No hacía falta, pero esa claridad también se entiende por la misma confrontación social y política que estos atentados generaron desde que estallaron las bombas en Madrid. Estas cuestiones, por cierto, no se esquivan en el libro, pero no son su cuerpo central. Otro motivo de agradecimiento, sí, porque no se puede hablar de la investigación del 11-M sin recordar lo que el ministro del Interior o el presidente de aquel Gobierno se atrevieron a afirmar cuando los trenes todavía estaban humeantes y la identificación de los cadáveres estaba todavía en marcha. Tan importante como la documentación manejada es ese factor humano del que hablábamos. No es sencillo introducirlo en este contexto, pero funciona de una manera espectacular, algo que se ve cuando nosotros, como lectores, nos descubrimos recordando todas las emociones que sentimos aquellos días según los autores exponen los hechos que las provocaron. Esa sinergia a uno y otro lado de la página es especial, también el mejor homenaje que se puede rendir a las víctimas de aquellos atentados.

Joan Mundet es un dibujante que se antoja perfecto para expresar todo lo que el guion necesitaba. En primer lugar, porque su retrato es brillante. No mediatiza la historia, pero tampoco nos aleja de la realidad, y eso es algo que consigue tanto con los personajes reales, con el lógico trabajo fotográfico que tienen, como con los ficticios. La documentación, obviamente, es algo esencial para que Mundet nos convenza, y su uso es brillante. Es un ensayo, pero a la vez una historia humana; es un recuerdo colectivo del que un ilustrador tampoco se puede apartar, pero a la vez incorpora muchos elementos propios. Y todo en un marcado blanco y negro, otro signo de respeto absoluto por las víctimas, que aleja el efectismo del resultado final y que nos da esa conciencia de estar asistiendo a hechos probados, a situaciones que sucedieron de esta manera y que no son interpretables. No es sencillo usar el calificativo de «necesario» para un trabajo artístico cualquiera, pero cuando nos acercamos a temáticas como esta y de la forma en la que hablan Guiral, Gálvez y Mundet es cuando nos sentimos más tentados de utilizarlo. La Historia no se puede olvidar, y en nuestra mano, en la de todos, está que no haya quien la quiera tergiversar. Por eso razón, mil gracias a los autores de 11-M. La novela gráfica, antes, ahora y en el futuro, porque su vigencia no caduca.

El contenido extra lo forman una introducción de Pilar Manjón y diversas notas finales de Roberto X. Noya, Norman Fernández, Antoni Guiral y Joan Mundet.

Cómic para todos

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