Ha pasado un año
de aquel maldito 11 de Marzo.
Negro amanecer aquel
que hoy seguimos preguntando
¿Por qué y para que?

Ese día el fanatismo
de una religión de tantas
en nombre de no sé que dios
a un pueblo inocente
de muerte y sangre tiñó.

Se puede pensar que fue
una venganza premeditada
por una Guerra con nombre
que tres poderosos no escucharon
el grito de No a la Guerra
no en nuestro nombre.

Dicen que el tiempo cura
las grandes heridas abiertas,
aunque una vez curadas
las cicatrices siempre quedan
para no olvidarlas.