En España, solidarizarse es un verbo que todos los días se conjuga en sus tres tiempos: presente, pasado y futuro. El recuerdo de la solidaridad pasada refuerza la solidaridad que el presente necesita, y ambas, juntas, preparan el camino para que la solidaridad, en el futuro, vuelva a manifestarse en toda su grandeza.

El 11 de marzo no fue sólo un día de dolor y de lágrimas, fue también el día en que el espíritu solidario del pueblo español ascendió a lo sublime con una dignidad que me tocó profundamente y que aún hoy me emociona cuando lo recuerdo. Lo bello no es sólo una categoría de lo estético, podemos encontrarlo también en la acción moral.

Por eso digo que pocas veces, en cualquier lugar del mundo, el rostro de un pueblo herido por la tragedia habrá alcanzado tanta belleza.