En el Comunicado que hicimos el pasado 15 de abril titulado “El nuevo memorial 11-M en Atocha y los vidrios del monumento desmontado”Comunicado que hicimos el pasado 15 de abril titulado “El nuevo memorial 11-M en Atocha y los vidrios del monumento desmontado”/, ya expusimos nuestro rechazo al planteamiento del Ayuntamiento de Madrid de repartir los ladrillos del monumento desmontado a toda la “ciudadanía”. Lo que hubiera sido procedente una vez inaugurado el Memorial del vestíbulo es tener una reunión en la que, como en anteriores reuniones se ha hecho, estuviesen la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid y convocado a las Asociaciones y Fundaciones de Victimas del Terrorismo, analizar lo hecho y ver cómo continuar con lo pendiente de hacer: el nuevo Memorial en el exterior y el tratamiento a dar a los ladrillos del monumento desmontado, teniendo en cuenta que en la última reunión mantenida, lo que se acordó es custodiarlos en algún almacén de la Comunidad de Madrid o del Ayuntamiento de Madrid hasta decidir qué hacer con ellos.

La decisión unilateral del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad de Madrid de repartirlos en primer lugar a la “ciudadanía”, sin ningún criterio ni certificación escrita donde se dejase constancia, y además tratándose de un monumento pagado con dinero público, de no comercializar con los ladrillos y lucrarse económicamente, ha dado paso, como podemos comprobar por los cuatro documentos que adjuntamos, a que “ciudadanos” hayan ido a por el ladrillo de vidrio, no por el respeto y la memoria de las víctimas del 11-M, sino que han ido a llevárselos para especular y hacer negocio con la Memoria del 11-M, y en algunos casos llevándose bastantes piezas para traficar con ellas.

La gestión del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad de Madrid con relación a los ladrillos de vidrio del monumento desmontado ha sido de tal despropósito, que los hay que han acabado anunciándose en Wallapop, Milanuncios u otras plataformas a precios desorbitados, no para honrar a víctimas del 11-M, sino para utilizarlas y servirse de ellas. El que el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid no hayan tenido en cuenta los planteamientos de nuestra Asociación ha derivado en este vergonzoso mercadeo que lo que ha hecho es quitar a los ladrillos de vidrio el valor moral y memorial que tenían para convertirlos en símbolos de trapicheo y desprestigio.