Una hilera de unos, once más once
coincidencia maldita o propósitos fúnebres
parece tener la trastienda de ignorante acometido.

Uno a uno se inmolan, once más once
arrebatan la vida, acomodan rencores,
viejas historias inconexas del no sentido.

De a uno a uno, once más once
buscan sedientos desde rincones silentes
la mortandad en las sombras, un final dirigido.

Uno torpe, otro más torpe, once más once
días de luto, dolor con causas y razones,
dos naciones que sufren del odio vivido.

Uno ahora, otro después, once más once
lloran las horas por las víctimas ausentes,
nada ni nadie hará olvidar a los que se han ido.