Otra vez nos horrorizamos….
La muerte loca nos ha ensangrentado a todas y todos….
“En el tren íbamos todos” reza un cartel de la manifestación por la paz
Son miles las imágenes que nos vienen ante tanta muerte y dolor
Septiembre 11, las búsquedas de las víctimas que no son una lista de nombres
Nos golpea en la cara, nos sorprende y sobrecoge
Vuelve Pedro a estar “missing”, a no estar,
Volvemos a buscarte en hospitales y esquinas.
Te vemos en esos rostros españoles e inmigrantes de Atocha
Vuelve a ser hoy cuando mirábamos perplejos y paralizados los aviones
Estrellándose en las oficinas, ahí donde vos y muchos trabajaban
Vamos también nosotros en esos trenes cargados de manos trabajadoras
Y jóvenes soñando futuro.
Somos UNO en el dolor compartido!
La humanidad que nos ha quedado se vuelve a reunir para decir BASTA!!
Ahora me pregunto….
Si las bombas y atentados, en las Torres y en los Trenes,
Fueran todos los días…. ¿no terminaríamos acostumbrados?
No pasarían a las páginas interiores de los diarios?
Quizás tendrían su propia sección especializada, el quinto o sexto suplemento semanal….
Porque hoy nos horrorizan los 11, septiembre y marzo
Nos horrorizan a todos, nos duelen bien adentro,
Es nuestro tu dolor español que no nos es ya ajeno
Seguro que no lo es para nosotras y nosotros, que hemos perdido hermanos, hermanas, esposas, esposos, hijas, hijos, padres, madres, allá en New York….
Pero si somos honestos, alguna vez, con nuestra humanidad voraz del consumo y la muerte….
No nos hemos acaso acostumbrado a OTRAS BOMBAS Y ATENTADOS?
¿Cuántas víctimas sangran cada día en nuestros países por los atentados de la injusticia?
Se llame como se llame:
planes económicos, riquezas concentradas,
pueblos negados, Occidente Omnipotente….
¡ Basta de estar acostumbrados!
Que las bombas y el dolor nos despierten a todas y a todos!!
Es hora de volver a quedar perplejos y horrorizados….
Cuando te vemos, HUMANIDAD UNA, estallar en pedazos
En las bombas y en las márgenes
En las guerras y en las culturas despojadas
En las Torres y en los jóvenes vacíos de esperanza
En los Trenes y en las manos flacas de trabajadores sin pan para la casa.
Eso sí, que también dejemos de estar acostumbrados
A que nos hablen de paz los que ordenan matanzas,
Aunque sean votadas por ambas cámaras parlamentarias
Manchadas de petróleo, impregnadas de pólvora
Sucias de miedos protegidos en sus fueros y poderes.