Tuvo que ser una mujer
que con el corazón roto
la que pusiera a pensar
a aquellos que siempre piden
con promesas, nuestros votos.

¿Cómo te puedes sentir
cuando habla la razón
reprimiendo sentimientos,
y en tu rostros está esa huella
de aguantar tanto dolor?

Cuando España entera te escucha
con respeto y admiración,
aquellos que con su ejemplo
nos debieran de dar calor
te miran indiferentes
sin sentir ningún rubor.

Lo pensaremos muy bien
antes de dar nuestros votos.
Entre tantos representantes,
¿no habrá tan siquiera uno
que mire por la seguridad
y las vidas de nosotros?

Estamos desalentados
con nuestros representantes
con bodas tan fastuosas
ferias y expos abundantes.

¿Para cuánábricas y trabajos
para nuestros estudiantes,
que al terminar sus carreras
tienen que ir de emigrantes
porque en España no saben
cuando podrán realizarse?

Creo que estas son las cosas
que se debieran pensar,
y estar siempre muy alerta
para que el 11 de marzo
no vuelva a ocurrir jamás.