Nos conocimos desde que éramos muy pequeños, comenzamos a sentir cosas que el uno y el otro confundíamos con una buena amistad y al fin nos dimos cuenta que era verdadero amor. Tú me conquistaste cantando, conseguías que me quedara sin palabras. Pasamos muy buenos momentos juntos, nos fuimos a Madrid a por un sueño, y consiguieron que acabara soñando contigo.

Ese día me volviste a dejar sin palabras, pero ahora para siempre, tú me diste la vida ese fatídico día, me ocultaste bajo tu cuerpo y te alejaste de mi lado para convertirte en un ángel… en ángel.

En las largas noches sigo sintiéndote cerca, escuchando tu voz, tu canto y ese canto se ha convertido para mí en el canto de un ángel.